En la escuela llevamos varios años trabajando la Convivencia: diagnóstico, protocolo, familia...
Todo es importante. Para mí, que ya sabéis que no soy una gran oradora, el problema es que hemos olvidado transmitir a nuestra generación los valores que nuestros padres y madres nos han inculcado. Es como si nuestros hijos e hijas pudieran estar exentos de esas pequeñas obligaciones que tenemos por vivir en una sociedad: respeto al de al lado, saber estar, cuidar el tono en nuestras conversaciones.... El viernes en el hospital (nada grave, gracias) tuve la suerte de poder hablar con la abuela de Helena y Belén. Ella me contó su trabajo en un voluntariado y me recordó que el amor sin más, sin esperar nada a cambio es el que verdaderamente mueve y moverá el mundo.
Hoy una gran amiga me ha mandado este vídeo que, sin lugar a dudas, me ha emocionado. Si con él alguien reflexionara 1 minuto sobre la igualdad, la riqueza que nos aportan los que son(somos) diferentes, sobre la fuerza del coraje y si alguien a sus hijos e hijas, hoy, les comentara alguna de las frase que aparecen, quizá el mundo, nuestro mundo, sería un poquito mejor.
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